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REESTRENO Viernes 5 de Octubre 2012

APACHETA SALA ESTUDIO
PASCO 623
RESERVAS AL 4941-5669
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Espectáculo seleccionado para el VII Festival Internacional de Buenos Aires
Este espectáculo formó parte del evento: Fiesta Nacional del Teatro de la CABA 2008
Este espectáculo formó parte del evento: Fiesta del Teatro de la Ciudad - Escenarios Porteños
Este espectáculo forma parte del Catálogo de Espectáculos del Programa INT Presenta
Este espectáculo formó parte de la “Primera Muestra Nacional de Teatro Independiente” en Rojas, Pcia. de Bs. As.


Distinciones por la labor 2008
Premios ACE Temporada 2008/2009
Ternas
Espectáculo de Teatro Alternativo: Stéfano (Apacheta)
Actor Teatro Alternativo: Raúl Ramos (Stéfano)
Director Teatro Alternativo: Guillermo Cacace (Stéfano)

Premios María Guerrero 2008
¡Ganadora en la siguientes categorías!
Mejor Actor: Raúl Ramos
Mejor Director: Guillermo Cacace
Premios Florencio Sánchez 2008
¡Ganadora en la siguientes categorías!
Mejor Director: Guillermo Cacace
Mejor Actor de Reparto: Andrés Molina
Mejor Música: Patricia Casares

Premios Trinidad Guevara (Ternas)
¡Ganadora en la siguientes categorías!
Actuación protagónica: Raúl Ramos
Dirección: Guillermo Cacace
Partitura o banda de sonido: Patricia Casares
Diseño de iluminación: David Seldes (Nominación)

Premios Teatro del Mundo 11° Entrega
Destacados en las categorías:
Dirección (Guillermo Cacace)
Adaptación (Guillermo Cacace)
Actuación femenina (Silvia Dietrich)
Banda Sonora (Patricia Casares)
Vestuario (Lala Celeznoff y Guillermo Cacace)
Iluminación (David Seldes)
Escenografía (Lala Celeznoff y Guillermo Cacace)

Premios Teatro XXI - GETEA - UBA
Destacados en las categorías:
Mejor Dirección: Guillermo Cacace

Escuela de Espectadores
Artista Teatral Destacado del Año 2008 (Guillermo Cacace)

UN TAL DISCEPOLO

Veamos, hay unas obras llamadas Babilonia, El organito, Mateo… (sigue la lista) atribuidas a un tal Armando Discépolo. Son cifras a la espera de ser desentrañadas y el instrumento idóneo para ese procedimiento es el cuerpo. Allí producen sentido, dignifican y esclarecen la materia de lo teatral en sentido estricto. Vivir el vértigo que implica transitar por cualquiera de esas experiencias-obra habrá sido siempre un suceso transformador. Son piezas bautizadas como grotescos. Lo grotesco es insuficiente como categoría, es condición perceptible pero exquisitamente huidiza.
Firmado por ese tal Don Armando Discépolo el grotesco funda un tipo ude actor: aquel que hace vivir una máscara quebrada en los sucesivos estadios hacia su estallido final. Se creyó alguna vez que por las fisuras de esa máscara estallada asomaba la verdad del rostro: el material revela hoy que lo que asoma es el caos que intenta sujetar la inutilidad de un gesto fijo, asoma el no-yo, la torpe iniciativa de adaptar el riesgo de la creación a la seguridad de una mueca social vacía. Y allí andan esas obras narrando el fracaso de las certezas. Un actor no puede abordar una experiencia de este tipo si busca la tranquilizadora estabilidad de un género canónico, la distancia de la ironía o la pose intelectual que muchas veces hoy puebla la escena. Lo grotesco no habilita un conocimiento transmisible, habilita un saber que se comparte sin púlpitos, sucios en el mismo rito la escena y el público…
Hay un destino trágico de lo argentino que aplica una y otra vez fórmulas escleróticas, extemporáneas, imitaciones burdas para dirimir las tensiones que nos ahogan. Dicha fatalidad tiene lugar al desoír necesidades, pulsos. Obviamente, deviene el fracaso y así estás obras son tan entrañablemente nuestras al asumir la dinámica descripta tanto en lo que tematizan, como en sus procedimientos.
Discépolo “es tan solo” un nombre usado para dar consistencia a un territorio expandido por la fuerza de su verdad. Textos que, en un oráculo criollo, son la acción de una esfinge vernácula que denuncia a través de su iluminación la oscuridad inmensa en la que se pronuncia la soberbia de los mediocres en connivencia con el oportunismo de los miserables.
De lo dicho, se desprende que me importa bien poco si siquiera existió la persona Armando Discépolo… aunque sobren testigos cercanos. Mucho más pueril me resulta la discusión de si su hermano era el autor de las obras. O si eran la síntesis de un Armando Apolo y un Enrique Dioniso. Me importa un pito si existió Shakespeare y celebro el Hamlet que le atribuyen. Un inglés sabrá qué significa montar la peripecia del príncipe de Dinamarca por lo que revela la cifra Hamlet. En el mismo camino descifro, intervengo, Stéfano (nuestro Hamlet, no exagero)… y los que integramos este colectivo de creación, quien más, quien menos, sentimos que ya no somos los mismos.


Guillermo Cacace. Publicado en diario Perfil el sabado 19 de julio de 2008.

STEFANO(1928-2008) LA DIGNIDAD DE UN TERRITORIO

Cada uno de nosotros habita diferentes cotidianeidades: las que podríamos llamar ordinarias y las que se inscribirían en otro orden de intensidad. En mi caso, el tránsito por estas segundas se lo adeudo principalmente al trabajo que realizo. Las cotidianeidades ordinarias invisibilizan tensiones. Las otras, en cambio, las descubren y propician movimientos de investigación y de aprendizaje en el territorio de la creación, ya sea actuando, dirigiendo o dando clases. Desde este lugar, y en los últimos tiempos, comencé a observar el fenómeno que hoy me convoca, porque la tarea con actores profesionales y en formación lo revela con claridad. Se trata de algo así como un miedo en la base del vínculo que nos propone el otro.

“[…] Pero los vínculos más inconfesables no hacen más que expresar de una forma más vívida, aquello que es toda ‘relación’ con otro: la afirmación de la exposición es testimonio de la fragilidad que somos, esa fragilidad que se hace cuerpo en los cuerpos ‘que se tocan’ en el límite […]”, dice Mónica Cragnolini en el Postfacio de La comunidad enfrentada, de Jean-Luc Nancy.

La consecuencia de estos vínculos es un régimen de soledad que invade el hacer. Estamos ante un actor protegido por un caparazón que anula su capacidad de reaccionar, de lograr la puesta en abismo con el afuera. Es decir, estamos ante la imposibilidad de que un factor externo al propio yo dispare la acción, el drama.

La vivencia de tal acontecimiento me impulsa a buscar procedimientos que ayuden a tematizarlo. Se me ocurre que si el miedo es a el otro, como dimensión subjetiva de la diferencia, de lo desconocido, hay que buscar casos testigos de esta relación con los otros. Se me impone buscar a el otro que evidencie este problema, que violente el acallamiento cotidiano donde se escamotea la manifestación de los signos de la tensión instalada. Se me ocurre explorar el campo de el otro cultural, el diferente por creencias, por procedencia, por los rasgos que afirman su existencia monstruosa. Se me ocurre también que si, además, ese otro ocupa un lugar marginal, la imposibilidad de convivir con su diferencia, como un reactivo, arrojará contornos aún más visibles. Así llega la imagen del extranjero, del inmigrante.

Hago teatro, a eso me dedico. Entonces rastreo el tema en la dramaturgia clásica nacional y veo que se han dado las condiciones para arriesgar, de una buena vez y como fuere, con el que considero el punto más alto de la literatura dramática argentina: Stéfano, de Armando Discépolo. Una pieza de exactos ochenta años. Imagino decirle a la obra: “Si me acepta como nieto, aunque preferiría la promiscuidad de ser su amante, celebremos juntos su aniversario.”

Si mi interés era poetizar el fracaso de lo vincular, llego a Stéfano. Y, a la vez que la obra me sumerge en tal deseo, lo excede, y me envía al terreno de una teatralidad tan depurada que es imposible que no se convierta en instrumento de una preocupación tan específica. Stéfano es la más pura consistencia de lo teatral: pulsión que convoca cuerpos a un combate actoral que el colectivo de creación agradece. Stéfano es trama que sucede solo ante la entrega. Es exigencia de reconocimiento a la sublime impronta del grotesco, que no es género ni categoría; es una condición que piezas como esta reclaman con justicia inapelable, para que produzcan sentido al ponerlas en escena.

Stéfano es un animal herido que en su oscura intimidad hecha luz sobre el fracaso de un proyecto de país. Es un material que ahoga en su lucidez, en su absoluta pérdida de todo tipo de esperanza. Lo vital de una obra de esta índole no reside en lo que nos acerca su anécdota. Lo vital es su existencia, como obra que historiza la valentía del gesto de su autor y que lo desaparece, e invita a un grupo como el nuestro a poner una obra en escena, por fuera de los márgenes de lo que se debe hacer.

Y, sea cual fuere el alcance que tenga la dimensión del intento, embarrarse en este campo nos permite un devenir pasional, porque actualiza en el cuerpo el para qué; es decir, habilita a parir la potencia de un orden de dignidad creativa.

Para los que conformamos el grupo Apacheta, Stéfano es fuga y proximidad al mismo tiempo con el tema de el otro y la imposibilidad de encuentro. Es por eso que, estrenada la obra, la sed no resuelta respecto de esta cuestión nos envía hacia una segunda etapa de trabajo. Se llamará Sangra, nuevas babilonias. Será escrita durante los ensayos y tratará de seguir investigando procedimientos que concurran a poetizar el dolor mudo de los lazos abortados.

Guillermo Cacace. Publicado en revista Leónidas en el mes de junio de 2008.

SINTESIS ARGUMENTAL

Stéfano, músico napolitano, llegó a la Argentina en busca de estabilidad económica y renombre profesional (su mayor aspiración era componer una ópera que lo convertiría en una celebridad) Se casó con una argentina, tuvo hijos y, ya mayor, ve como se le pasa la vida sin lograr ninguno de sus objetivos. Tras enterarse de que ha perdido su puesto en la orquesta porque hace "la cabra" (ya no tiene aire en sus pulmones, es decir, ya no sirve como trombonista), y frente a la incomprensión de su familia, su vida pierde sentido. Conciente de que no ha podido realizar ninguno de sus sueños de juventud, su espacio vital se estrecha, siente que ya no hay un lugar en el mundo para él, y muere. El conflicto se manifiesta con la tensión que se produce entre el deseo por el arte como concreción espiritual de la vida y los modos de la supervivencia que exige la realidad.

FICHA TECNICA


Actúan:
María Rosa: Titina Makantasis

Don Alfonso: Jorge Nicolini
Ñeca: Sol Cintas
Radamés: Andrés Molina
Margarita: Gaby Lerner
Esteban: Miguel Sorrentino
Stéfano: Raúl Ramos
Pastore: Antonio Bax

Música original: Patricia Casares
Músicos: Alejandro Goldberg, Damián Luaces, Juan Manuel Costa, Francisco Casares y Patricia Casares.
Diseño de luces: David Seldes
Escenografía y Vestuario: Lala Celeznoff - Guillermo Cacace
Asistencia de dirección: Lola Banfi
Realización de vestuario: Emilia Martins
Operador de luces:Leandro Crocco

Operador de sonido: Muma Casares
Prensa: Simkin & Franco
Gráfica: Maddonni – Carano
Asistencia Tecnica: Mario Gutierrez


Dirección: Guillermo Cacace
Producción general: Grupo Apacheta

CURRICULUM ACTORES

Titina Makantassis
Egresada de la Universidad nacional de Tucumán por la facultad de Filosofía y letras, Escuela Nacional de arte Dramático.
Con una amplia experiencia en el medio artístico, sus trabajos actorales se desarrollaron tanto en teatro, como también en radio, televisión, publicidad. Entre algunos de sus directores se encuentran: Armando Discepolo, Alberto R. Muñoz, Roberto Espina, Boyce Díaz, Enrique Ryma, Salvador Santangels, Juan Bertonasco, D. Fessler, etc.
Entre sus trabajos se destacan: El reñidero de S. de Cecce, bajo la garra de G. de Laferrere, Loa mirasoles de J.S. Gardel, El circulo de tiza, Antígona Velez, La mujer del panadero, El conventillo de la paloma, Bodas de sangre, A propósito de la duda, Sangre, hueso, piel y alma, La lección, La indigna señora B., Cuestion de estilo.
Realizo trabajos actorales para diferentes ciclos televisivos en canal 9, canal 13 y telefe. Tambein ciclos de radio en Radio nacional.


Jorge Nicolini
Con una amplia experiencia en el medio artístico, sus trabajos actorales se desarrollaron tanto en teatro, como también en radio, televisión, publicidad. Entre algunas de sus experiencias se encuentran: Teatro: El Hogar ajeno – Canción de Cuna – El zoo de cristal – Juegos de niños – En las manos del hijo – Cecilia – El desalojo – Mano Santa – Los dioses vuelven – Ha llegado un inspector – Un caso clínico – El avaro – Que no quemen a la dama – La infidelidad al alcance de todos – Partición de mediodía – del brazo y por la calle – El preceptor – Romeo y Julieta – El poder y la gloria – Pedro y el lobo - El juego del Amor y del Azar - El rey se muere – Héroes – Un dios para Lesbia – Cuatro paredes y un techo – Promesas, promesas - Proceso por idolatría - El violinista en el tejado – Los disfrazados – Juancito de la ribera - El organito junto a la luna – Sainetes por cuatro. Televisión: Los hermanos – Dos en la ciudad – La pecosa – amar al ladrón – Cristal – Querido salvaje – Lucía Bonelli. Musicales: Celedonio – Hansen 70 – Glub Glob – Buenos Aires un café – El organito - A todo tango.

Sol María Cintas
Cuenta con el titulo de Licenciada en Actuación del departamento de Artes Dramáticas “Antonio Cunill Cabanellas” del IUNA. Realizó cursos de actuación a cargo de: Augusto Fernández y José María López. Como actriz formó parte de las producciones: 2006: “Ajena, relato coral para trece nadadoras y un hombre flaco” (dir. Guillermo Cacace). 2004: “Ensayo Handel” (dir. Guillermo Cacace”), “Criminal” (dir. Guillermo Flores). 2003: “¡Me las pagarás!” (dir. Guillermo Flores), “El camino de la selva” (dir. Miguel Sorrentino), “Harry Poter y el Diamante Secreto” y “Un cuento mágico” (dir. Cristina Yacriti/ Brian Caruso). 2001: “Romeo y Julieta, la villa” (dir. Gabriel Morales Lema). 1998: “La visita de la extraña dama” (dir. Raúl Portella), “Noches de Verbena” (dir. Raúl Portella). Realizó el cortometraje “Amor a primera vista” (dir. Molly Hails).

Andrés Molina
Cursa actualmente la carrera Licenciatura en composición coreográfica mención Expresión Corporal en el IUNA. Cuenta con los siguientes títulos: Actor y director de artes escénicas en el CIC (Centro de Investigación Cinematográfica), Actor y director de teatro cine y televisión en el CIC. Realizó cursos en distintas disciplinas a cargo de los profesores: Víctor Arrojo, Gustavo Rodríguez, Diana Alvarez, Cristina Murta, Crsitina Turdo, Gustavo Lecce. Se desempeñó como actor en las obras:2008: "La sangre del mas grande circulo" (dir. Fabian Valle), 2007: "Medico Loco" (dir. Guillermo Cacace), "Un Impostor" (dir.Guillermo Cacace), 2006: “Suspira buenos aires” (Creación colectiva grupo “El quiebre”), “Cabildo Mágico” (dir. Omar Lupardo). 2005: “H mato a la reina” (dir. Natividad Martone), “Acis y Galatea” (dir. Guillermo Cacace). 2004: “Un viaje hacia nuestro pasado” (dir. Omar Lupardo), “La lección de anatomía” (dir Carlos Mathus), “Fracaso Fashion” (dir José Maria Muscari). 2003: “Los Pandygatos”, “Tito Parlante” (dir Gustavo Rodríguez). 2001: “Sublime Oscuridad” (dir. Martín Gutiérrez). Realizados por los alumnos del CIC, realiza los cortometrajes: “Los asesinos”, “El Chicle”, “Fragmentos Perdidos”, “La caída de la casa de Ucher”. Junto al Grupo “Los Innombrables” participa en las producciones: 2002: “Un buen momento”, 2001: “Una que otra historia”, “Escombros y maravillas”, “Poesía en camino”, “Los que siguen andando”.


Miguel Sorrentino
Cuenta con el título de Licenciado en Actuación del Departamento de Artes Dramáticas “Antonio Cunill Cabanellas” IUNA, y es egresado de la Escuela de Teatro de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Realizó cursos y seminarios con Pompeyo Audivert, María Onetto, Mariano Mousseaud, Orlando Acosta, Ricardo Vázquez Cerviño y Antonio Célico. Como actor formó parte de las producciones: 2006: “Ajena, relato coral para trece nadadoras y un hombre flaco” (dir. Guillermo Cacace), “Frankenstein, la revancha” (dir. Cecilia Ruiz). 2004/2005: “El liquido Táctil” (dir. Guillermo Flores). 2003: “Me las pagarás” (dir. Guillermo Flores), “Harry Poter y el diamante secreto” (dir. Cristina Yacriti/ Brian Caruso), “Un cuento Mágico” (dir. Cristina Yacriti/ Brian Caruso), “La lección de anatomía” (dir. Carlos Mathus), “Made in Lanús” (dir. Orlando Acosta), “El camino de la Selva” (dir. Miguel Sorrentino). Participó en los cortometrajes: 2003: “Puertas Cerradas” (dir. Ramiro Pérez). 2002: “Lo que no se roba se hurta” (dir. Loly Silveyra). 2001: “Tarot” (dir. Andrés Olivera).

Gaby Lerener
Estudio en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático, también con Oscar Fessler y Expresión Corporal con Patricia Stokoe. Además realizo seminarios con Julio Ordano, Carlos Moreno, Luís Agustoni y Cristina Moreira. En la labor de actriz participo en los siguientes espectáculos teatrales: “Los indios estaban cabreros”, Teatro Payro; “El movimiento continuo”, Teatro Ateneo. Entre 1979-1995 fue actriz integrante del grupo “La galera encantada”, realizando 6 espectáculos: “La taberna del cuervo blanco”, Teatro Presidente Alvear; “El pobre Franz”, Sala Planeta; “ El alcalde de Zamalea”, Teatro Astral; “Madame de Sade”; “Cuento De invierno”, Callejón de los deseos y Festival Shakespeare Neuss, Colonia y Berlín; “Todo esta bien si termina bien”; “El castillo de Kafka”, Teatro del Abasto y Teatro Becket; “El gran ceremonial”, Patio de actores. Actuó en 16 programas televisivos y en cine realizo “La cruz invertida”, “El cabecita negra”, “Una pasión burgesiana”, “Amaneció naranja”.


Raúl Ramos
Realizó sus estudios con Milagros de la Vega, Roberto Durán, Carlos Alvarenga, en el Teatro La Máscara y en el Teatro Municipal de Pilar. Su desempeño artístico abarca la actuación, la dirección y la dramaturgia. Algunos de sus trabajos como actor fueron: "Un guapo del 900" de Samuel Eichelbaun, "Panorama desde el puente" de Arthur Miller. "Quién, yo?”, de Dalmiro Sáenz, "El Meteoro" de Fiedrich Durrenmatt, "El Manoseo" de Victor Proncet, "Si, si, si, si no, no" de Jaime Potenze, "Un sombrero de paja de Italia" dirección de Marcelo Lavalle, "El deseo bajo los olmos" de Eugenne O'Neill, "Un tranvia llamado deseo" de Tennesse y Williams, "Usted tambien fue un espermatozoide", "Periodistas al desnudo" dirección de Jorge Dellacchiesa, "Relojero" de Armando Discépolo, "El estupendo cornudo" de Fernand Crommeliynk, "Barranca Abajo" de Florencio Sánchez, "Macbeth" de W. Shakespeare, “Las alegres comadres del barrio” de Carlo Goldoni, “Mateo” de Armando Discépolo, “Las Tres Hermanas” de Anton Chejov, “Juancito de la ribera”, “Morochos de Ñuyor”.

Antonio Bax
Cuenta con los títulos de Actor Nacional y Profesor Nacional de Teatro, ambos obtenidos en la Escuela Nacional de Arte Dramático (actual IUNA). Además, en la década del 90 realizó seminarios tales como “La aplicación del método de Stanislavsky” y “El actor y el cuerpo”, también en dicha institución. Como actor formó parte de las siguientes producciones: “Pedro y el Capitán” de M. Benedetti, “Che, Mordisquito” de M. Amestoy, “Ciclo nueve (obras breves) Medea” de Jorge Accame, “Polenta con pajaritos” de R. Ibañez, “Mein Kamf” de G. Tabori, “Tango por Pablo” de P. Méndez, “Lorenzaccio” de De Mussat, “Rayuela” de J. Cortázar, “El movimiento Continuo” de Discépolo, “La ópera de dos centavos” de B. Brecht, “Pericones” de M. Kartun, Soy Gitano Canal 13, Costumbres argentinas Telefe, 099 Central Canal 13, “El mar de Lucas” Dirección: Víctor Laplace y Sheik Canal 13.

FOTOS





CRÍTICAS

Guillermo Cacace se introduce con su grupo en el mundo de Discépolo con una profundidad tal que logra reconstruirlo con una notable pasión. Su labor de director es muy calificada. (…) En un elenco muy homogéneo, se destacan con fuerza las actuaciones de Raúl Ramos (Stéfano), Silvia Dietrich (Margarita) y Antonio Bax (Pastore).
Carlos Pacheco, La Nación Calificación: Muy buena.

(…) una lectura que roza el canon pero abierta a nuevas resonancias (…) Una admirable lección conjunta de interpretación (…) Impresionante la escena de la caída de la máscara de Stéfano a cargo de los soberbios Raúl Ramos y Antonio Bax (…) Excelente la composición del Radamés de Adrián Molina.
Luis Mazas, Veintitrés Calificación: Excelente.

(…) el director revive el género, gracias a una puesta sensible, rica en imaginación. Con pericia conduce un elenco de homogénea y deslumbrante calidad. Los veteranos (R. Ramos, A. Bax, J. Nicolini y C. Luciarte) realizan trabajos inolvidables y conmovedores (…) un espectáculo de visión obligatoria.
Jorge Montiel, Noticias Calificación: Muy buena.

Se traslucen la pasión, el compromiso, (…) en la minuciosa puesta de Guillermo Cacace (también responsable de la sugerente escenografía junto a Lala Celeznoff), en la dirección de actores (con particular lucimiento de Carmen Luciarte y Miguel Sorrentino). A destacar los matices expresivos del diseño de luces de David Seldes y la muy inspirada partitura de Patricia Casares.
Moira Soto, Las 12. Página 12

Los cuerpos que el director (…) pone en escena –depresivos, vencidos, rumiantes, figurados, desolados (…) renuevan el grotesco con los curtidos actores Carmen Luciarte y Jorge Nicoline a la cabeza (…) con este idioma propio del grotesco el actor Antonio Bax hace sonantes maravillas.
Silvio Lang, Miradas al Sur

La extraordinaria versión de Guillermo Cacace de la obra Stéfano de Armando Discépolo, alumbra los territorios de decadencia, extrañeza y fantasmagóricos de la pieza. Es de tal potencia esta versión de Stéfano que al terminar la obra se tiene la sensación de llevar esos fantasmas sobres nuestras espaldas, de tan nuestros, de tan actuales, de tan de acá.
Gabriel Peralta, Crítica Teatral

Un trabajo de arrolladora intensidad (…) Tanto las actuaciones –con sólidos trabajos en cada uno de los roles– como los aportes técnicos denotan una profunda investigación que redunda en un espectáculo imprescindible.
Lucho Bordegaray, Montaje Decadente/Imperio
Estupenda puesta en escena (…) Raúl Ramos, logra conmover profundamente, haciendo vibrar las fibras más íntimas, en una actuación magistral. (…) es él quien toca el primer violín de un octeto que lo sigue dignamente y en donde se destacan Jorge Nicolini, Silvia Dietrich y Antonio Bax.

Martin Wullich.
(…) déjenme un rato más acá, con las luces apagadas. Me siento derrotado, abatido, pero podría ser lo opuesto. Nada ha ocurrido ahí y todo ha ocurrido. Finalmente, me retiro y me voy, pensando que eso es, precisamente, lo maravilloso.
Diego Braude, Imaginación Atrapada.
Stéfano resiste. Sigue siendo, por lo menos para mí, una de las mejores obras de teatro argentinas, si no la mejor. (…) Es para destacar la solvencia y expresividad de Antonio Bax como el clownesco aprendiz de músico. En realidad, todo el elenco está muy bien. Para no perdérsela.
Celia Dosio, Hablando del asunto.
La pieza es tratada (…) como una partitura musical, como las que sueña escribir Stéfano, con gran orquestación. Todo está sincronizado: los silencios, los gritos, los balbuceos. Y tanto el diseño sonoro como la iluminación brindan emotividad e información acerca del fuera de campo.

Silvia Urite, Notas de Teatro

Es notable el trabajo actoral que genera en conjunto todo el elenco, alcanzando sostener los diferentes tipos de grises, sin dejar de pertenecer a este gran conglomerado de colores oscuros.
Roberta De Biase, Los Restos del Naufragio.

(…) refleja la sociedad de la época a través de la familia de uno de los tantos inmigrantes con grandes actuaciones del grupo Apacheta.
Gabriela García Morales, Culturar